Mensaje de error

Deprecated function: The each() function is deprecated. This message will be suppressed on further calls en menu_set_active_trail() (línea 2386 de /homepages/34/d469596304/htdocs/drupal/includes/menu.inc).

Noticias Web RFEA .- Atletismo y Cine (parte 1)

Noticias RFEA

 martes, 17 de octubre de 2017   NOTICIA WEB 325/2017
 
Atletismo y Cine (parte 1)



Por : Chema Barberarena

 



Si un factor clave se desprende del atletismo como deporte global es su racionalización por parte del gran público como una mezcla perfecta de trabajo, talento natural e historias épicas. En tales condiciones, es complicado no asociar el estatus de nuestro deporte con la magia del cine. Y es que, durante los años, tanto la grande como la pequeña pantalla han trasladado a su espacio el sinfín de historias que han podido nacer tanto del epicentro como de los alrededores del atletismo, surgiendo de ello todo un abanico de películas, de mayor o menor consideración, entidad, calidad o repercusión.

La situación, en este ámbito, da lugar a un sinnúmero de posibles clasificaciones, listas, resúmenes… El cine, tanto en su vertiente más exploradora del hábito humano, como en la transformación en hipotética realidad de una ficción convertida en fuente de inspiración, así como en el aspecto más documental o incluso biográfico, ha generado a lo largo del tiempo un interesante cúmulo de títulos, una videoteca de indiscutible heterogeneidad pero en ocasiones cautivadora elocuencia, que, o bien utiliza el atletismo como hilo conductor para contar sus respectivas historias, o bien el atletismo se enclava como una arista, más o menos interesante o importante, de la trama o de la acción.



Representan un numeroso colectivo, dentro del atletismo en el cine, los documentales puros. Tres son los trabajos de mayor representatividad, históricamente, cuando hablamos de recopilaciones de imágenes refiriéndose a eventos completos, en especial Juegos Olímpicos, y no deteniéndonos en biografías o eventos menores (razón por la cual este reportaje podría extenderse de una manera exponencial). El primero, 'Olimpiada' (1938, Olympia), es un brillante reflejo en dos partes ('Festival de las Naciones' y 'Festival de la Belleza') y a través de los ojos de la que fuera cineasta del régimen nazi, Leni Riefenstahl, de lo acontecido en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936.

'Tôkyô orinpikku' (1965, Tokyo Olympiad) nace, a imagen y semejanza de la obra germana, para mostrar al mundo las imágenes de los Juegos de 1964. Con el maratón como relativo hilo conductor del metraje, Kon Ichikawa consiguió que ciertas secuencias (por ejemplo, la visión de un imperial Bikila, en solitario) se grabaran a fuego en la memoria colectiva de miles de espectadores, por multitud de razones. 

La tercera de las citadas, por detener sin extenderse el aporte, 'Maratón' (1992, Marathon), configura una excepcional vista de los Juegos de Barcelona 1992 a través de la épica de los 42.195m, bajo la particular y recordada mirada de Carlos Saura.

Todas ellas, con ciertas similitudes, utilizan el atletismo, o al menos una parte de él, como relativo hilo conductor -y no sin razones y simbología- de la siempre compleja y poblada estructura de unos Juegos Olímpicos. 


 



Dentro de las filmaciones que han sobrevivido a los años como ficción absoluta (o casi) de este deporte, una de las primeras grandes obras consagradas que utiliza el atletismo como hilo argumental es la celebrada 'La soledad del corredor de fondo' (1962, The Loneliness of the Long Distance Runner). Allan Sillitoe colaboró, escribiendo el guión en base a un relato propio, para reflejar, entre otros muchos detalles, una cruda crítica social a la realidad británica de la época, inaugurando el llamado Free Cinema británico (historias de ficción con base argumental en situaciones cotidianas, y profunda crítica social), a imagen y semejanza de la Nouvelle Vague francesa, aunque con diferencias. Emblema de la rebeldía, la irritabilidad y el desarraigo, 'La Soledad del Corredor de Fondo' se ha convertido, por méritos propios, en un clásico imprescindible de la cinematografía europea, que relata la historia de Colin, un adolescente de Nottingham que ingresa en un correccional por robar, y comienza a correr, actividad para la que presenta profundas credenciales. 

De la misma década y año, 'Sucedió en Atenas' (1962, It Happened In Athens) colma la pantalla de clichés y momentos plenamente olvidables, en una mediocre historia en torno a los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna (Atenas 1896), una actriz griega (encarnada por Jayne Mansfield) y su "decisión" de enamorarse de quien resulte vencedor en el maratón. Años antes, se estrenaba una curiosa película, de nombre 'Geordie' (1955), que relataba las peripecias de un granjero escocés que descubre el lanzamiento de martillo, y enfila su camino hacia Melbourne '56. En otros menesteres, sobresalió años más tarde 'La prueba del valor' (1970, The Games), con un interesante elenco (Ryan O'Neil, Charles Aznavour…) que cuenta la historia de cuatro maratonianos (un inglés, un americano, un checoslovaco y un aborigen australiano) que preparan, con los diferentes matices de sus respectivos devenires vitales, su participación en los Juegos de Roma de 1960. 'El hijo de la jungla' (1973, The World's Greatest Athlete) traslada la epopeya de Tarzán a un panorama artificialmente atlético. Un joven de raza blanca es descubierto en África por dos entrenadores, que lo llevan a Estados Unidos para que desarrolle lo que ellos consideran que es un talento único para correr y saltar. Una película intrascendente, aunque entretenida.

'Marathon Man' (1976) es un thriller en el que el célebre Dustin Hoffman da vida a un universitario desazonado y metódico, cuya válvula de escape de sus numerosos demonios personales resulta ser entrenar y correr maratones. Lejos de ser una película de atletismo, resalta por su calidad de reparto y guión, y por su utilización de las carreras en el personaje principal como reflejo de un estado vital y de ánimo, cual sobresaliente metáfora de una realidad superior. 'Running' (1979) fue una de las primeras intervenciones como cabeza de cartel de Michael Douglas, y a decir verdad, este dato podría considerarse el único trascendente de una película totalmente olvidable, masacrada por momentos por los tópicos y por una historia realmente floja (un hombre fracasado busca su particular redención, la de la sociedad como ente y la de su propia familia intentando clasificarse para los Juegos de Montreal '76). Anodina película, pese a un buen Douglas. 

Dos pequeñas producciones que no han trascendido excesivamente, con temáticas en esencia parecidas fueron la americana 'La chica de oro' (1979, Goldengirl), y la checa 'Fair Play' (2014). La primera, con un argumento ciertamente rocambolesco, parte de la base de un extraño médico que busca la perfección física y fisiológica en su hija adoptiva con el objetivo de que participe en los Juegos de Moscú '80, utilizando la experimentación con la joven como si se tratase de una cobaya. La segunda, discurriendo por un tema muy de actualidad, reflejando el horror del dopaje sistemático, auspiciado por los gobiernos, en la figura de una joven atleta, camino a los Juegos de Los Ángeles '84. Pocas películas han tenido el valor de afrontar con tal gallardía y claridad el drama del dopaje de Estado, tan vívido, real y contrastado en el atletismo de las décadas de los setenta y ochenta, especialmente. Todo ello, al margen de la clase y la calidad narrativa e interpretativa (la joven Judit Bárdos, magnífica) que desprende el filme. 


 



Una producción que no ha trascendido en exceso, pero cuyo nombre conviene recordar es 'Su mejor marca' (1982, Personal Best), que cuenta la historia de dos saltadoras de altura que entrenan juntas bajo un halo de profunda amistad y compañerismo, en su camino hacia la clasificación para los Juegos de Moscú '80. Más que por su lograda armonía atlética, que la tiene, si ha permanecido por algo ha sido por tratarse de una de las primeras películas que encaró abiertamente la relación amorosa entre dos mujeres en un mundo aún rebosante de prejuicios. La olvidada 'Triunfo amargo' (1991, Across the Tracks) refleja la rivalidad entre dos hermanos antagónicos, ambos atletas: el aplicado estudiante de inmaculada trayectoria atlética y el rebelde endémico cargado de tanto talento como desgracia. No sólo ha sido de recordar una de las primeras apariciones protagonistas en la gran pantalla del celebérrimo Brad Pitt, sino también un guión considerado y una historia bien contada, a pesar de la mediocridad de las escenas puramente deportivas. 'La larga marcha' (2000, The Long Run) pivota especialmente sobre una figura que en demasiadas ocasiones tendemos a obviar: la del entrenador. Fracasado pero amante hasta la médula de su labor, el destino quiere que en el camino del protagonista se cruce la atleta de su vida, a la que intentará preparar para acudir al durísimo Comrades Marathon, convencido de su extraordinario talento. 

Aparte, podríamos citar otras producciones que apenas han trascendido, y que podríamos catalogar como muy poco destacables, como por ejemplo la recóndita 'Second Wind' (1976), que cuenta la historia de un hombre de negocios de éxito que comienza a correr para liberar estrés, y termina por verse absorbido por una actividad que le cambia completamente la vida; 'El ladrón' (2010, Der Räuber), un relato sobre un convicto que, al salir de la cárcel, aprovecha su capacidad física y sensorial para continuar robando bancos a la vez que compite con éxito en campeonatos nacionales; o 'Fast Girls' (2012), paradigma de la mediocridad cinematográfica en todo su esplendor, que cuenta una historia plagada de tópicos e imprecisiones técnicas sobre la base de la preparación de un equipo de relevos para el Campeonato del Mundo.

No todo es arrinconable, sin embargo. Producciones como 'El último maratón' (1986, On The Edge), una epopeya sobre la nostalgia y el olvido; la surcoreana 'Marathon' (2005), que encara el drama del autismo desde el punto de vista de la superación; o 'En busca de un milagro' (2009,Saint Ralph), la bella determinación de un joven alentado por la enfermedad de su madre, llevada hasta el paroxismo por correr el Boston Marathon, son reseñables pese a su discreción a nivel de visibilidad de cara al gran público. 



Y no sólo el cine se ha nutrido del atletismo para contar historias. Se han realizado, a lo largo de los años, interesantes producciones para televisión con esta temática. 'El corredor solitario' (1976, The Loneliest Runner), dirigida y producida por Michael Langdon, que cuenta una curiosa historia de un joven cuyas circunstancias le confinan a correr; 'El maratón de la Señora Quinn' (1978, See How She Runs), un interesante recorrido por el cambio vital que se produce en una mujer de mediana edad (Joanne Woodward, que ganó el Emmy por su brillante interpretación) tras inscribirse al Boston Marathon; u 'Hombre libre' (1979, The Jericho Mile), una historia paralela entre dos presos cuyas vivencias transcurren ligadas a la competición. Estas son sólo algunas de esas producciones para la pequeña pantalla. Por lo diferente del asunto, a mencionar la canadiense 'Crossbar' (1979), el drama de un saltador de altura que pierde una pierna en un accidente laboral, y a pesar de ello no renuncia a sus sueños olímpicos. 



El próximo 24 de octubre completaremos con la segunda parte este amplio y detallado recorrido histórico de la filmografía sobre la temática concreta de atletismo con títulos, algunos de ellos, que han quedado ya para la gran historia del Séptimo Arte con protagonistas ya desaparecidos que hicieron vibrar a generaciones de todas las épocas.